Estrategia


«Planea tu trabajo y trabaja tu plan»

La estrategia es el corazón de cualquier avance significativo en la vida. No importa cuán grande o pequeño sea el objetivo, sin un plan claro y sin la intención de ejecutarlo, todo se queda en un deseo perdido en el tiempo. Pero, ¿Cómo estructuramos nuestra estrategia cuando estamos agotados, desanimados o cargados emocionalmente? Reflexionemos sobre esto.

Reconocer el punto de partida

Antes de trazar un plan, es fundamental aceptar dónde estás. Ayer fue uno de esos días en los que el cansancio físico y emocional pesaban más de lo habitual. Las emociones, como esa carga que sientes en tu relación con tu hermano, no solo afectan nuestra energía, sino también nuestra claridad. Pero reconocer este estado no es un signo de debilidad, sino el primer paso hacia la acción.

El desgaste por las redes sociales, el entorno desordenado o la falta de un apoyo emocional directo son obstáculos reales. Es fácil caer en la inacción cuando estos factores se acumulan, pero ahí es donde entra en juego la estrategia: convertir lo que parece un caos en pasos concretos que te acerquen a tu mejor versión.

El poder de una estrategia bien diseñada

Cuando hablamos de estrategia, nos referimos a algo más que escribir una lista de tareas. Se trata de comprender el “por qué” detrás de cada acción. Por ejemplo, salir a bailar ayer, aunque estabas desanimado, no fue solo una distracción. Fue una estrategia para reconectar con tu energía positiva, para llenar un poco el tanque emocional y recordar lo mucho que disfrutas del baile.

Tu estrategia podría incluir cosas tan simples como:

  1. Orden en el entorno: Dedicar 15 minutos al día a poner orden en casa, empezando por algo pequeño, como la mesa del comedor o el espacio donde trabajas.
  2. Desconexión consciente: Limitar el tiempo en redes sociales y sustituirlo por un libro inspirador o una caminata corta.
  3. Cuidado personal: Tomarte un momento para arreglarte no porque alguien te lo pida, sino porque tú lo mereces.

Cada uno de estos pasos no solo te da un sentido de control, sino que también refuerza tu autoestima y prepara el terreno para metas más grandes.

Una estrategia poética

Quiero compartir contigo un poema de Mario Benedetti que refleja una estrategia única: la de conectar profundamente con alguien, con honestidad y simplicidad. Su poema «Táctica y estrategia» nos invita a pensar en cómo nuestras acciones, grandes o pequeñas, pueden generar impacto.


Táctica y estrategia
Por Mario Benedetti

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.


Construir un plan que funcione

  1. Define un objetivo claro: ¿Qué es lo que realmente quieres conseguir este mes? Puede ser algo tan concreto como caminar 300 km o algo más abstracto como sentirte más ligero emocionalmente.
  2. Divide en pasos pequeños: Todo objetivo grande puede descomponerse en acciones más pequeñas y manejables. Por ejemplo, en lugar de pensar en “arreglar toda la casa”, podrías comenzar por “limpiar un cajón al día”.
  3. Evalúa tus recursos: Agradecer lo que tienes, como el coche que tu hermano te ha prestado, también es parte de la estrategia. Incluso si no sientes toda la confianza, este recurso te está ayudando a mantener tu rutina y eso es valioso.
  4. Adapta el plan según tu energía: Algunos días necesitarás más descanso que acción, y está bien. La estrategia no significa avanzar a toda velocidad, sino moverse al ritmo adecuado para no agotarte.

Reflexionando en el futuro

Imagina cómo sería un día perfecto para ti dentro de un mes. Visualízate saliendo de la cama con energía, disfrutando de un espacio limpio y acogedor, con tiempo para bailar y para ti mismo. Esa imagen puede ser el motor que impulse tu estrategia.

Además, recuerda que una buena estrategia incluye flexibilidad. No todo saldrá como planeaste, pero la capacidad de ajustar el plan también es parte del proceso.

Estrategias en diferentes áreas de la vida

  1. En el trabajo: Si sientes que tu empresa necesita un cambio, plantéate estrategias a corto plazo como mejorar procesos, y a largo plazo, como diversificar servicios o buscar nuevos clientes.
  2. En relaciones: Invierte tiempo en esas personas que te hacen sentir bien. La estrategia en este caso puede ser tan simple como enviar un mensaje para saber cómo están.
  3. En salud: Planificar tus caminatas diarias de forma que encajen con tu horario es clave. Incluso puedes variar las rutas para mantener el interés.

«Planea tu trabajo y trabaja tu plan.» Esta frase no es solo un recordatorio para organizar tus días, sino una invitación a ser intencional con tus esfuerzos. Incluso en los momentos difíciles, cuando todo parece más complicado, una estrategia clara puede ser tu brújula.

¿Qué es lo primero que podrías planear hoy para acercarte a lo que deseas?

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